
Uno de los primeros elementos que destaca —para bien o para mal— es el diseño. A diferencia de los coloridos layouts a los que Panini nos tiene acostumbrados en álbumes como los del Mundial, Eurocopa o Copa América, este presenta una apuesta distinta: una portada con fondo negro intenso, con detalles dorados que, en principio, intentan transmitir elegancia y exclusividad.
Sí, se siente diferente. Y eso es un punto a favor. Pero desde mi perspectiva, no logra cautivar ni emocionar. Puede sonar exigente, pero siendo este el primer álbum para un evento tan importante, esperaba algo más innovador y auténticamente premium. El uso del negro y el dorado termina recordándome más al álbum de la Copa Libertadores, tanto en el estilo como en la estructura interna. La sensación es que la novedad estética no fue tan novedosa después de todo.
El papel y acabado de las versiones (ya hablaremos de ellas más adelante) también siguen los estándares de otras colecciones. No hay materiales nuevos ni detalles de impresión que sorprendan. Es elegante, sí, pero no impacta. El diseño, más que marcar un hito, parece haber tomado un camino seguro.
Pasemos a lo realmente importante: lo que hay dentro. Este álbum está compuesto por varias secciones bien organizadas que reparten las figuritas entre clubes, jugadores y escudos. En total, cada equipo cuenta con:
- 22 figuritas de jugadores
- 3 figuritas especiales por equipo
- 1 figurita del escudo
- 12 figuras por jugadores (sin especificar si son globales o especiales)
- Además, hay 3 figuras por equipo tanto para Inter Miami como para Seattle Sounders.
Este enfoque tiene un punto muy a favor: permite a los fanáticos tener una representación bastante completa de sus equipos favoritos. Unir a todos los clubes importantes del mundo en una sola colección es, sin duda, un acierto. Y es imposible no sentir cierta emoción al ver tantas camisetas legendarias reunidas.
Pero, como coleccionista, no puedo dejar de mencionar lo que falta. Para empezar: no hay figuritas de estadios. Esto, que en otras colecciones añade un gran valor visual y emocional, aquí brilla por su ausencia. Además, no se incluyen figuritas especiales que realmente destaquen por su diseño o rareza. Todo sigue un formato funcional pero predecible. Y eso, en una colección histórica, es una oportunidad desaprovechada.
Una característica positiva es que Panini lanzó dos versiones del álbum: tapa blanda y tapa dura. Esta decisión permite que distintos tipos de coleccionistas —desde los más casuales hasta los fanáticos extremos— puedan elegir la que más se adapta a sus preferencias y presupuestos.
La versión de tapa blanda es más accesible, ligera y pensada para quienes simplemente desean completar la colección sin mayores pretensiones. Por otro lado, la versión tapa dura ofrece un acabado más elegante, resistente y digno de quienes coleccionamos con miras al largo plazo.
También existen combos que incluyen álbum y sobres, lo que ayuda a que el proceso de inicio de colección sea más amigable para el público general. Los precios son similares a los de otras colecciones, por lo que Panini no ha aprovechado este lanzamiento para inflar excesivamente los valores. Ese equilibrio se agradece.
Como coleccionista fiel, por supuesto, elegí ambas versiones. Pero si tuviera que quedarme con una, optaría por la tapa dura. No solo por estética, sino por durabilidad.
Desde mi perspectiva como coleccionista veterana, he identificado varios aspectos positivos de esta edición, así como algunos puntos débiles que no puedo pasar por alto.
Pros | Contra |
Es el primer álbum oficial del Mundial de Clubes, lo que lo convierte en una pieza histórica. | Ausencia de figuritas de estadios, lo que resta variedad y riqueza visual a la colección. |
Reúne a los clubes más importantes del mundo, ofreciendo una panorámica única del fútbol global. | Varios equipos no tienen licencia oficial, como el Inter Miami, Seattle Sounders o PSG. |
Su diseño se diferencia de otras colecciones como el Mundial o la Euro, aportando variedad visual. | Falta de figuritas especiales realmente únicas, que marquen la diferencia en la colección. |
Los precios son razonables y mantienen la línea de otras ediciones Panini. | Diseño similar al álbum de la Copa Libertadores, lo que reduce la sensación de novedad. |
Existen tres versiones distintas para coleccionar, incluyendo los combos con sobres. |
La sensación general es de entusiasmo matizado. No se trata de una colección fallida, pero tampoco de una obra maestra. Es un buen comienzo, pero queda claro que Panini tiene espacio para mejorar en futuras ediciones.
Si colocamos este álbum junto a otras ediciones emblemáticas de Panini —como las de los Mundiales, Eurocopas o Copa América—, la comparación se hace inevitable. Las diferencias saltan a la vista, tanto en lo técnico como en lo emocional.
Por ejemplo, las ediciones de los Mundiales suelen estar llenas de elementos icónicos: estadios, balones, figuras legendarias, secciones históricas… El Mundial de Clubes, en cambio, carece de esos detalles que enriquecen una colección y la hacen memorable.
Ni siquiera las ediciones regionales, como la de la Copa América, quedan tan simplificadas como esta. Y aunque entiendo que es el primer intento para este evento, también considero que Panini podría haber arriesgado un poco más, sobre todo tratándose de un debut.
Uno de los puntos más polémicos entre los coleccionistas ha sido la ausencia de licencias oficiales de algunos equipos relevantes, como el Inter de Miami, el Seattle Sounders y el PSG. ¿La razón? Aunque Panini tiene la licencia exclusiva del evento, la propiedad de los derechos de imagen de ciertos equipos la tiene Topps.
Esto se traduce en que dichos clubes aparecen de forma limitada, sin fotos oficiales de jugadores, sin escudo, y en algunos casos, con figuritas genéricas que no están a la altura del resto de la colección. Para quienes buscamos la completitud y coherencia visual, esto representa una gran decepción.
Este tipo de situaciones no son nuevas en el mundo del coleccionismo, pero duelen igual. Más aún cuando hablamos de equipos con gran seguimiento internacional, como el PSG o el emergente Inter de Miami con Messi a la cabeza. No ver a estos clubes bien representados rompe el encanto de una colección global.
A pesar de todas las críticas y observaciones, hay algo que no cambia: la emoción de coleccionar. Para quienes llevamos años en esto, abrir un sobre y pegar figuritas no es solo un acto mecánico; es una experiencia emocional profunda.
Coleccionar los álbumes de figuritas es siempre una emoción para mí. Esa sensación de abrir un sobre y pegar los stickers es revivir la niñez, esos momentos de la infancia que siempre quedarán en el corazón. No importa cuántas veces lo hagas ni qué tan crítico seas con el diseño o contenido, el vínculo emocional permanece.
Además, este tipo de colecciones no solo une a los fans con su equipo, sino también a las generaciones. Padres, hijos, abuelos… todos pegando figuritas juntos en una mesa. Esa magia cotidiana que solo Panini ha sabido mantener durante décadas.
Dado que esta edición marca el inicio de una nueva era para Panini y el Mundial de Clubes, las expectativas hacia el futuro ya están sobre la mesa. Desde el primer momento, muchos nos preguntamos:
¿Panini lanzará su versión de trading cards y Panini Prizm de este evento?
Y no es una pregunta menor. En los últimos años, Panini ha diversificado su oferta con colecciones premium como Panini Prizm o Select, donde las cartas coleccionables superan en diseño y exclusividad a las figuritas tradicionales.
Un set de trading cards del Mundial de Clubes 2025 podría convertirse en un verdadero objeto de culto, especialmente si incluye cartas numeradas, autografiadas o de edición limitada. Incluso el mercado secundario —como eBay o foros de coleccionistas— podría explotar si Panini decide seguir ese camino.
También sería deseable que en futuras ediciones se incluyan:
Mejor cobertura de equipos sin licencia.
- Figuritas de estadios.
- Secciones históricas.
- Stickers «raros» o holográficos.
La respuesta corta: sí. Pero con matices.
Este primer álbum del Mundial de Clubes FIFA 2025 tiene un valor simbólico enorme. Es la primera vez que Panini lanza una colección para este evento, y eso ya lo convierte en un objeto coleccionable interesante, digno de estar en la estantería de cualquier fan del fútbol.
Sus puntos fuertes están en la amplitud de clubes incluidos, el diseño diferente y el precio accesible. Sus debilidades, en cambio, están en las licencias incompletas, la ausencia de estadios y la falta de innovación en el contenido.
Sin embargo, lo más importante no es lo que falta, sino lo que representa. Esta colección es una puerta de entrada para muchas más. Es un primer paso. Y como tal, tiene margen para evolucionar.
Como coleccionista y seguidora fiel de estos álbumes tengo ciertas críticas y opiniones con respecto a esta edición. Pero también reconozco que coleccionar sigue siendo una experiencia mágica, una que nos conecta con la pasión, la nostalgia y el fútbol en su forma más pura.
Panini, el balón está en tu cancha. Nosotros ya estamos coleccionando.
El Álbum del Mundial de Clubes puedes encontrarlo en la página oficial de Panini, el tiendas espececializadas de coleccionismo o Mercado Libre.
Los participantes son los mejores clubes del mundo, ncluyendo campeones continentales de la UEFA, CONMEBOL, CONCACAF, AFC, CAF y OFC, además de algunos equipos por ranking FIFA.
El Barcelona no consiguió los puntos en la Champions League y tampoco ganó ningún titulo continental durante el 2021-2024 para clasificar al Mundial de Clubes.
Si lo completas, puedes conservarlo como pieza de colección o participar en sorteos de Panini, aunque esto último depende del país y la promoción vigente.