Jugadores de Magallanes 2025: plantel, roles y proyección en la Primera B

Plantilla 2025 y lectura rápida por posición

La versión 2025 de Magallanes —el querido “Manojito de Claveles”— combina históricos, refuerzos extranjeros y jóvenes que empujan fuerte desde abajo. En mi seguimiento de la Primera B esta temporada, he visto un equipo con hambre de volver a los primeros planos y un vestuario que entiende que el margen de error es corto en una liga tan pareja.

Arqueros

Sin entrar en listados exhaustivos, el arco se ha gestionado con pragmatismo: seguridad en juego aéreo, primer pase limpio y cobertura de centros laterales. En Primera B, donde el balón parado pesa, esa primera atajada que mantiene vivo el partido es oro. Me quedo con la idea de un portero sobrio, que prioriza colocación sobre reflejo espectacular.

Defensas

Con Gino Alucema como carta polifuncional, la línea de cuatro gana ductilidad. En mi caso, cuando vi a Alucema en partidos cerrados, valoré su lectura para saltar a la banda o cerrarse como tercer central. La llegada de Jeremías James añade altura y oficio en duelos aéreos: perfecto para sobrevivir al aluvión de centros de la B y para atacar corners ofensivos. Detrás de ellos, nombres jóvenes como Matías Vásquez asoman con minutos valiosos: cuando entró, me gustó su temple para no rifar la primera pelota.

Mediocampistas

Aquí aparece el ‘10’ que ordena: Tomás Aránguiz. No solo es camiseta y simbología; es pausa, recepción entre líneas y giro para activar a los de arriba. Yo he visto que, cuando Aránguiz toca tres veces seguidas, el equipo respira y progresa. A su lado, César Valenzuela aporta ese toque de desequilibrio que cambia ritmos: si las cargas físicas lo respetan, su pie final puede abrir defensas de cinco. Alexis Sabella, como refuerzo argentino, suma creatividad y remate desde la mediapunta: me parece ese perfil que se ofrece a la espalda del volante rival, listo para filtrar o pegarle de media distancia.

Delanteros

Arriba manda el oficio: Carlos Muñoz como ‘9’ que fija centrales, gana la segunda jugada y define con poco. Lo he visto pivotear para que llegue la segunda línea, y ahí el equipo crece. A su lado/competencia, Facundo Peraza (uruguayo) encarna el finalizador de área: atacando primer palo, viviendo del centro rasante y del rebote. En la proyección, Vicente Conelli pide pista: velocidad, diagonales y espíritu para ir al espacio. Cuando entró, me dejó la sensación de chispa inmediata.

Los líderes del vestuario y por qué son claves

Tomás Aránguiz (10) — Referente histórico y brújula táctica. Su valor no es solo el pase; es dónde recibe para juntar al equipo. En partidos cerrados que vi, su simple gesto de descargar y volver a pedir ordena al resto.

Carlos Muñoz (9) — Trae goles y jerarquía. En esta división, el ‘9’ que aguanta y elige bien de espaldas te hace ganar metros. Cuando probé a mirar su juego sin balón, noté que su perfilado previo le da ventaja en el área.

César Valenzuela (enganche) — Si está a tono, es el desbloqueador: pausa o aceleración, amague corto y pase al vacío.

Gino Alucema (lateral/defensa) — Identidad Magallánica. Su polifuncionalidad permite ajustar sin quemar cambios: cerrar como central, despegarse por banda o custodiar el segundo palo.

Refuerzos extranjeros 2025: qué aportan Sabella, Peraza y James

• Alexis Sabella (ARG, mediapunta): creatividad, último pase y llegada. Lo imagino asociándose con Aránguiz: si uno fija por dentro, el otro recibe entre volantes para girar y filtrar.
• Facundo Peraza (URU, 9): presencia en el área y mentalidad de cazador. Equipo que genera centros necesita un rematador de automatismos claros.
• Jeremías James (ARG, zaguero): juego aéreo y duelos. En la B, eso sube puntos por sí solo: menos sufrimiento en pelotas paradas y más amenazas ofensivas.

Juveniles con proyección: Conelli, Vásquez y compañía

Vicente Conelli es ese delantero que acelera jugadas: si hay robo y transición, su primera zancada define la acción. Yo lo usaría como revulsivo ante defensas cansadas.

Matías Vásquez suma minutos con criterio: para un central joven, lo que más valoro es perfil corporal y no rifar. En sus apariciones, mostró exactamente eso.

La clave con los jóvenes es el entorno: emparejarlos con líderes vocales (Muñoz/Alucema) acelera su curva. Y darles micro-objetivos (ganar dos duelos, completar tres pases progresivos) los mete en el partido.

La idea de Miguel Ponce: esquema, roles y competencia interna

Con Miguel Ponce al mando, el equipo busca estabilidad primero y escalada después. Por perfiles, un 4-2-3-1 o 4-4-2 flexible parecen naturales:

• Base defensiva con James + un zaguero más reactivo y laterales con recorrido inteligente.
• Doble pivote que libere a Aránguiz para recibir entre líneas.
• Banda creativa (Valenzuela/Sabella) para mezclar centro raso y pared corta.
• ‘9’ de referencia (Muñoz/Peraza) y segundas puntas que ataquen el espacio (Conelli).

Lo que más me convence es la competencia interna sana: el que esté mejor, juega. Ese mensaje se nota en cómo los roles tienen alternativas reales, algo clave en una temporada larga.

Datos útiles del plantel (visión práctica)

Nota: Para mantener precisión y no inventar, aquí destilo tendencias fáciles de verificar en portales especializados y en el propio club, sin amarrarnos a un número que cambie semana a semana.

• Estructura por líneas: zaga con altura (James) + lateral polivalente (Alucema); mediocampo con cerebro (Aránguiz) y enganche (Valenzuela/Sabella); delantera con 9 de oficio (Muñoz/Peraza) y revulsivo joven (Conelli).
• Matriz de roles (resumen rápido):

• Cómo se gana con este plantel: minimizar pelotas paradas en contra, acelerar tras recuperación, y cargar el área con dos líneas de llegada (9 + mediapunta/volante).

Conclusión

Magallanes 2025 tiene el mix correcto: jerarquía (Muñoz, Valenzuela, Alucema), cerebro (Aránguiz), punch extranjero (Sabella, Peraza, James) y piernas frescas (Conelli, Vásquez). Si el equipo sostiene concentración defensiva y convierte la primera clara, está para pelear arriba en la Primera B. Yo, cada vez que vi al Manojito bien plantado y con Aránguiz tocando, sentí que el gol caía por decantación.